

Ser acusado de hurto en Colombia sin haber sido sorprendido en flagrancia es una situación más común de lo que muchos creen. En estos casos, la confusión, el miedo y la desinformación suelen jugar en contra del acusado. ¿Puede una persona ir a prisión sin pruebas directas? ¿Qué pasa si no fue encontrada con el objeto presuntamente hurtado?
El abogado penalista Andrés Felipe Jaramillo, con más de 20 años de experiencia en derecho penal, explica que este tipo de acusaciones requieren una defensa técnica sólida desde el primer momento, porque un error procesal o una mala asesoría pueden costarle la libertad a cualquier ciudadano.


Para comprender el alcance de una acusación, primero hay que entender qué se considera hurto según la ley colombiana. El Código Penal, en su artículo 239, establece que comete hurto quien se apodera de un bien mueble ajeno, total o parcialmente, con ánimo de lucro y sin consentimiento de su dueño.
Dicho de otra forma, no basta con que alguien lo señale o con que exista una sospecha; debe demostrarse el apoderamiento real y la intención de quedarse con el bien. Es decir, sin prueba de apropiación, el delito no se configura completamente.
Piense en un ejemplo común: un trabajador es acusado por su empleador de haber tomado dinero de la caja. Sin embargo, no existen videos, testigos ni rastros de que lo haya hecho. Aun así, se abre una investigación penal. En este punto, lo que sigue es enfrentar un proceso penal por hurto, y es aquí donde la asesoría de un profesional hace toda la diferencia.
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El proceso penal por hurto en Colombia sigue una serie de etapas que buscan determinar la responsabilidad de la persona señalada. A continuación, se explican de forma clara y sencilla los pasos más importantes:
Durante todo este proceso, usted tiene derecho a guardar silencio, a ser asistido por un abogado y a la presunción de inocencia. Ninguna acusación puede sostenerse únicamente por rumores o suposiciones. Por eso, una defensa oportuna puede evitar que un caso injusto avance.
El hurto no se castiga igual en todos los casos. La ley establece diferentes niveles según la gravedad de los hechos. En Colombia, las penas van desde 32 hasta 144 meses de prisión, dependiendo de las circunstancias.
Algunos factores que agravan la pena son:
No obstante, también existen atenuantes. Si el acusado repara el daño causado, devuelve el bien o colabora con la justicia, es posible lograr una reducción significativa de la pena. Un abogado penalista en casos de hurto puede gestionar estos beneficios y orientar sobre las salidas jurídicas más convenientes.


Uno de los mayores temores de una persona acusada injustamente es terminar tras las rejas sin evidencia en su contra. Sin embargo, el sistema judicial colombiano reconoce el principio de presunción de inocencia, que significa que nadie puede ser declarado culpable hasta que se demuestre lo contrario.
Si lo acusan de hurto sin pruebas, lo primero es no dar declaraciones sin la presencia de su abogado. Muchas veces, por miedo o nervios, el acusado intenta justificarse y termina contradiciéndose, lo que puede ser usado en su contra.
En estos casos, es fundamental revisar cuidadosamente las pruebas presentadas por la Fiscalía. Si son débiles o inconsistentes, se puede solicitar el archivo de la investigación o la preclusión del proceso.
Además, cuando las autoridades cometen irregularidades, se puede acudir a una defensa ante delitos contra la libertad personal, especialmente si la captura o detención se realizó sin orden judicial ni flagrancia. Cada paso debe sustentarse en el debido proceso; de lo contrario, las actuaciones pueden ser nulas.
Una buena estrategia de defensa puede marcar la diferencia entre la libertad y la condena. Algunos de los recursos más efectivos incluyen:
Cada caso es distinto. Por eso, un abogado con experiencia puede evaluar los detalles, proponer acuerdos judiciales o incluso lograr la absolución total si no se demuestra el hecho punible.
No todos los casos terminan con una sentencia intramural. En algunos escenarios, el condenado puede acceder a libertad condicional, suspensión condicional de la ejecución de la pena o prisión domiciliaria, dependiendo de los antecedentes y la conducta procesal.
Estos beneficios se conceden cuando la persona demuestra buen comportamiento, voluntad de reparación o colaboración con las autoridades. Sin embargo, no todos los delitos lo permiten. Por ejemplo, los hurtos agravados con violencia suelen excluir este tipo de beneficios.


Más allá de la sanción penal, el hurto deja secuelas profundas en la vida del condenado. Los antecedentes judiciales pueden limitar el acceso a empleos, créditos o contratos. En algunos casos, incluso afecta la posibilidad de salir del país.
Pero no todo está perdido. La ley colombiana permite borrar los antecedentes penales una vez cumplida la pena, siempre que el condenado no reincida y solicite la eliminación formal ante la autoridad competente.
En términos personales, la experiencia suele ser devastadora. Por eso, el acompañamiento de un abogado no solo tiene un valor jurídico, sino también humano: ayuda a comprender el proceso, mantener la calma y planificar la reinserción.
Se debe entender que la defensa penal no es solo una estrategia legal; es también una oportunidad para reconstruir la vida con dignidad y sin estigmas.
Enfrentar un proceso por hurto no significa estar condenado. Todo acusado tiene derecho a ser escuchado, a presentar pruebas y a contar con una defensa justa. La diferencia entre perder la libertad o recuperarla muchas veces radica en la elección del abogado penalista correcto.
Si se encuentra en una situación similar, actúe rápido. No espere a que la Fiscalía avance sin su versión de los hechos, cada minuto cuenta cuando se trata de proteger su libertad y su buen nombre.
El abogado penalista Andrés F. Jaramillo ofrece asesoría jurídica integral y representación en todo tipo de procesos de hurto, con atención 24/7, amplia experiencia en derecho procesal penal y más de 3.000 casos atendidos. Contáctenos ahora para recibir una evaluación personalizada y conocer las opciones legales que pueden salvar su caso.